2009/11/01

Un jardín botánico en el pozo

Interior del pozo del alojamiento rural 'El Vasar'. ©Rafaela Mellado

Antonio Merino -blog y página web ‘Solienses’, www.solienses.com- nos hizo llegar hace unos días la foto que véis más arriba, tomada por Rafaela Mellado en el pozo del alojamiento rural ‘El Vasar’, que ella regenta en Añora (www.elvasar.com); se trata de un establecimiento en el que se ha respetado al máximo el estilo de la arquitectura tradicional pedrocheña. El microclima del pozo y el respeto a su fisionomía original han permitido que se instale allí una excelente comunidad de helechos, formada en este caso por ejemplares nacidos a partir de las esporas de diversas especies cultivadas. Puestos en contacto con el principal experto andaluz en el conocimiento y propagación de helechos en estado silvestre, Antonio J. Delgado Vázquez (EGMASA – Consejería de Medio Ambiente), nos ha corroborado que en la foto se pueden ver a la izquierda, ejemplares de una de las variedades ornamentales del helecho cretense (Pteris cretica, de origen tropical alcanzando de modo natural el Mediterráneo Oriental), concretamente la variedad ornamental albomarginata, con reborde blanco-plateado en las frondes con 3 hojuelas, y un grupo más numeroso del que solemos llamar ‘helecho de patio’ (especies del género Nephrolepis, de origen asiático), tradicionalmente cultivado en macetas como planta de interior en toda la comarca; de este último, podría tratarse de la especie más habitualmente mantenida en Los Pedroches, N. cordifolia, o bien de la forma de frondes con bordes ondulados, que pertenece a N. exaltata. Las pequeñas plantas que recuerdan hojas de hiedras son en realidad formas juveniles del Pteris. Además del verdín –diversas formas de algas de agua dulce y enclaves húmedos- y posibles grupos de musgos, las pequeñas manchas verdosas más redondeadas que aparecen en la fotografía corresponden con gran probabilidad a protalos, es decir, formas embrionarias de los mismos helechos, lo que augura que en poco tiempo la frondosidad vegetal en el pozo de la casa de El Vasar puede crecer bastante más, convirtiéndose en un auténtico jardín botánico en miniatura.
La foto de El Vasar reafirma que los pozos de las casas pedrocheñas, cuando se han conservado en buen estado, pueden haber actuado en muchos casos como refugio de especies que necesitan mucha sombra y humedad para crecer, como ocurre con los helechos. Si hacéis memoria, en uno de los primeros mensajes del blog, hace ya más de dos años, referíamos la presencia del culantrillo (Adiantum capillus-veneris) en el pozo del claustro del Convento de Santa Clara de Belalcázar. Animamos desde aquí a los lectores del blog a revisar el contenido botánico de los pozos de sus patios, y enviarnos fotografías si desean que identifiquemos las especies que allí viven.

Tras el rastro de la ‘algarabía’

Imagen de escoba de algarabía, facilitada al blog por Claudio Rodríguez

Una de las especies locales que se usaban hasta hace pocos años en Los Pedroches para la fabricación doméstica de escobas era la llamada ‘algarabía’. Tras un intenso rastreo, Claudio Rodríguez ha podido identificar la planta, que corresponde al género Odontites, y con gran probabilidad a la especie O. viscosa; curiosamente, esta planta no parece haber sido citada hasta ahora en los distintos estudios botánico realizados en la comarca de Los Pedroches, en la cuenca cordobesa del Zújar, o en el catálogo florístico del vecino Valle de Alcudia y Sierra Madrona. Sin embargo, el aspecto de las inflorescencias secas en la foto que nos hace llegar Claudio parece corresponder con claridad al género ya citado.

Imágenes de Odontites vicosa subsp. viscosa tomadas en Llombai (Valencia), en flor (24.09.2009) y fruto (12.11.2006). ©E. Laguna

Odontites viscosa es una planta hemiparásita, que durante parte de su ciclo vital coloniza las raíces de diversas especies del matorral. Posee flores amarillas y florece en otoño, recibiendo en otras zonas de España el nombre de ‘Sanmiguelera’ o ‘Hierba de San Miguel’, ya que su floración suele iniciarse a finales de septiembre, prolongándose durante octubre o principios de noviembre. El apelativo latino ‘viscosa’ hace referencia a su reacción al tacto, ya que los tallos y partes florales de la planta están recubiertos de glándulas que la hacen pegajosa al tocarla, y que exhalan un particular aroma a manzana, característico de la especie. En la península Ibérica se distinguen dos subespecies (viscosa y australis), cuyas diferencias solo pueden apreciarse bien a la lupa, por lo que habrá que esperar a que se localicen ejemplares vivos y puedan estudiarse fragmentos de las plantas.