2015/08/09

Del campo a la conserva

Los productos vegetales obtenidos del monte parecían condenados a no poder consumirse más allá del terruño, pero van apareciendo cada vez más empresas interesadas en comercializarlos, ya sean recolectados allá donde salen, o en algunos casos cultivados. Ya sabemos que no nos sabrán nunca como los recolectados por uno mismo en el campo, pero para quienes han de vivir en la distancia quizá les sepan a algo más que al resto. 

 Imagen tomada en la sección de conservas vegetales un hipermercado de Valencia, en agosto de 2015 ©E. Laguna 

 En los hipermercados empiezan a verse conservas como las que tenéis en la foto. Los botes de la izquierda, en la balda superior, son de criadillas de tierra (Terfezia arenaria); a su derecha, en ambas baldas, ajos porros silvestres (Allium ampeloprassum). Ahora lo importante es que no salgan muchas empresas imitadoras, no sólo para que los emprendedores de esta idea puedan recoger sus beneficios, sino para evitar una recolección creciente en el campo, que pondría en peligro a largo plazo algunos de estos productos -aunque por suerte los dos de la foto sean abundantes y difíciles de extinguir.


Criadilla de tierra recolectada en Belalcázar y humedecida tras lavarla para desprenderla de la tierra que suelen acumular, y cortada para ver la gleba o 'carne' comestible.



Inflorescencias del ajo porro silvestre, en el momento del óptimo de floración y empezxando a formas los frutos. Esta especie produce además abundantes bulbillos, que se suelen quedar en el suelo al arrancar la planta, asegurando mejor la pervivencia en el lugar donde vive.

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