2018/04/14

Las plantas crasas más humildes

El género Crassula, que da nombre a la gran familia botánica de las crasuláceas, es probablemente el que exhibe mayor diversidad y contraste de formas y tamaños de todo ese grupo de plantas. Se distribuye como género nativo en todo el Viejo Mundo, aunque su gran centro de diversidad se localiza en el sur de África, de donde provienen casi todas las especies ornamentales de este género, como los conocidos 'arbolitos de jade' (Crassula ovata).

Crassula ovata, planta de origen sudafricano conocida como 'árbol de jade', frecuentemente cultivada. Catarroja, Valencia, 05.09.2015.

A diferencia de esas plantas cultivadas, los representantes nativos belalcazareños de este género son plantas humildes que apenas levanta 2 o 3 mm del nivel del suelo, y cuyas hojas apenas alcanzan el grosor de un grano de arena. La abundante lluvia del invierno de 2018 ha hecho que germine en abundancia, dando lugar a lo que suele llamarse localmente 'musgo rojo', pero que realmente no corresponde a un genuino musgo, sino a las colonias de la especie Crassula tillaea. Sus diminutas hojas se disponen como tejas, unas sobre otras, desde la base hasta el extremo de los tallos.

Crassula tillaea, en la Estación de Belalcázar (El Viso), 29.03.2018

Como ya indicamos en otras ocasiones en el blog, en Belalcázar existe además una segunda especie, menos abundante y restringida a zonas cercanas a los fondos de arroyos, vaguadas, etc. Se trata de la especie Crassula vaillantii, que se diferencia de la anterior por tener los grupos de hojas más separados. En ambos casos, se trata de plantas heliófilas, es decir, que requieren la iluminación directa del sol, por lo que es raro verlas bajo la cobertura de otras plantas de mayor talla. 

Plantas de Crassula vaillantii en Belalcázar, 15.04.2009.

 
Aspecto comparado de los tallos de C. tillaea (izquierda, 24.06.2016) y C. vaillantii (derecha, 15.04.2009).

2018/04/12

La expansión del árbol del cielo

El llamado árbol del cielo corresponde a la especie Ailanthus altissima (=Toxicodendron altissimum), una planta de origen asiático perteneciente a la famila de las Simarrubáceas, no nativa de Europa. Cada vez es más frecuente designarla simplemente como 'ailanto'. En algunas ocasiones hemos hablado de esta planta en el blog, atendiendo a otro de sus nombres populares, 'arbol de la estación' o 'arbol de la vía del tren', ya que esta especie se utilizó desde finales del siglo XIX como ornamento en muchas estaciones ferroviarias españolas, desde donde se expandió con rapidez a lo largo de las vías, colonizando los taludes que las orlan.

Copas arbóreas fructificadas de Ailanthus altissima en la Estación de Belalcázar, El Viso de los Pedroches, 18.08.2015.

La principal colonia asilvestrada de esta especie invasora en el sector occidental de Los Pedroches es probablemente la de la Estación de Belalcázar, en el término municipal de El Viso. La expansión de esta especie está asegurada por sus frutos alados o 'sámaras', las mismas que le han permitido dispersarse fácilmente aprovechando las corrientes de aire producidas por el paso de los trenes.

Ejemplares de ailantos al principio de la primavera en la Estación de Belalcázar, mostrando abundantes sámaras, 29.03.2018.

El antiguo nombre Toxicodendron para el género Ailanthus hacia mención a la toxicidad de las hojas y brotes de la planta, que de hecho suelen ser evitados por el ganado doméstico. Además, esas mismas hojas poseen fenoles y otros productos químicos que a menudo inhiben la germinación de muchas plantas anuales, lo que unido al comportamiento rizomatoso de esta especie, favorece que formen colonias densas que compiten contra los árboles y arbustos autóctonos en los hábitats que colonizan. 

2018/04/11

Las estelas de los aviones

Una de las formas más extendidas de contaminación paisajística, aunque fugaz, son los rastros blancos que dejan en el cielo los aviones, y que se conocen técnicamente como 'estelas de vapor'. Lejos de los que suele pensarse, parecen estar formadas por vapor de agua, que permanecen en el cielo debido al fuerte contraste de temperatura entre el motor de los aviones, de varios centenares de grados, y la del aire que los envuelve, que a menudo alcanza varios grados bajo cero. Al pasar el aire por los motores, éste se calienta rápidamente y luego pasa a condensarse formando un vaho que puede permanecer bastante tiempo en el cielo, si la temperatura en esa zona es muy baja. De hecho, suele indicarse las estelas suelen ser más fáciles de ver desde mediados del otoño a la primavera, cuando incluso a baja altitud el aire permanece más frío. 

Estelas sobre el cielo belalcazareño, 01.04.2018

Aunque existen opiniones que consideran que parte de las estelas pueden deberse a aditivos químicos usados en la aviación civil y militar, no parecen existir pruebas contundentes a favor de dicho criterio; no obstante, si os interesa el tema, podréis encontrar abundantes artículos en internet, que os permitirán posicionaros en favor de unas u otras opiniones. Sea como sea, su abundancia se ha multiplicado notablemente en los últimos años, y raro es el lugar de la geografía española que pueda sentirse libre de sus efectos, y donde pueda llegar a hacerse una fotografía libre de los trazos blancos sobre el cielo. Aparentemente, esta mayor abundancia se debería sobre todo al notable incremento del tráfico aéreo registrado en las últimas dos décadas, que se deja notar sobre todo en lugares situados bajo rutas utilizadas por la aviación comercial -como ocurre de hecho en el caso de Belalcázar y localidades de su entorno-. 

Estelas de vapor producidas por aviones, contrastando con la veleta de la Casa de Osuna o antigua Casa del Diezmo del condado de Belalcázar, 01.04.2018.

2018/04/09

Edificios para los gorriones

Los gorriones belalcazareños, como ya hemos comentado en alguna ocasión en el blog, utilizan diversos sustratos para hacer sus nidos, llegando a formar a veces grandes colonias, como las que se instalan sobre las palmeras canarias de la Plaza de la Constitución de Belalcázar. Esta tendencia colonial es es parte culpable del comportamiento gregario de esta especie, cuyo nombre científico más habitual es Passer domesticus -lo que traducido a nuestra lengua sería algo así como 'pájaro doméstico', nombre que le viene como anillo al dedo. 


Al alejarse del núcleo urbano, los gorriones suelen usar otras estructuras para nidificar, y una de las más peculiares son sin duda los grandes nidos de las cigüeñas (Ciconia ciconia), que acaban siendo para ellos auténticos bloques de viviendas. La mayoría de nidos de cigüeña de Belalcázar poseen a su vez colonias de cría de gorriones, que son fáciles de ver sobre todo en primavera, cuando esta especie se encuentra en plena época de cría. Las imágenes de esta nota del blog corresponden al nido que corona la ermita de Nuestra Señora de Consolación, fotografiado a comienzos de abril de 2018, pero pueden observarse casos similares en el resto de ermitas, iglesias y algunos de los cortijos del término municipal, al igual que ocurre en otros muchos sitios similares en Los Pedroches y las comarcas próximas.

2018/04/08

El hábitat de las orejillas de fraile

Las orejillas de fraile, conocidas también como 'ombligo de Venus', son plantas crasas del género Umbilicus, representadas en Belalcázar y otros pueblos de Los Pedroches y comarcas cercanas por varias especies, aunque la más abundantes son U. rupestris, y U. helylandianus -ambos de flores más o menos colgantes, aunque en el segundo caso son más alargadas. Se trata de plantas perennes, que tienden a agostarse en verano y sobreviven gracias a un tubérculo situado bajo el nivel del suelo. 'Umbilicus' es la raíz latina de nuestra palabra 'ombligo', y hace mención al aspecto aparasolado y hundido por el centro que tienen las hojas de esta planta.

Ejemplares de Umbilicus rupestris creciendo sobre un tejado. Belalcázar, 01.04.2018

El hábitat más frecuente de nuestros Umbilicus son las repisas de rocas, los muros de las casas antiguas y los tejados, donde llegan a crecer profusamente sin tener apenas suelo sobre el que instalarse. Sus tubérculos les permiten anclarse en las grietas y rendijas del sustrato. Sin embargo, en años lluviosos como viene ocurriendo en 2018, no es raro observar estas mismas plantas creciendo directamente sobre el suelo en zonas urbanas, a menudo poco alejadas de los muros y tejados donde crecen con más profusión. Estos ejemplares de hábitat terrestre raramente sobreviven más de una generación.

Plantas de la misma especie ya ilustrada, pero creciendo sobre suelo, aprovechando la primavera lluviosa del año 2018. Belalcázar, 29.03.2018.

La orejillas de fraile pertenecen a la familia de las Crasuláceas, la misma en la que se enclavan la mayoría de plantas crasas tanto silvestres como cultivadas. Como la mayoría de ellas, el zumo de sus hojas puede utilizarse como calmante y refrescante para las heridas y contusiones, aunque dicho uso se fue abandonando con el tiempo, a medida que la farmacopea moderna facilitó medicinas más efectivas para la misma finalidad, Dada la forma de las hojas, a menudo se usaba a modo de emplasto, raspándolas para eliminar su cutícula y aplicándolas directamente sobre la piel. 

2018/04/07

El despertar de los acantos

En estos días del primer tramo de la primavera emergen del suelo las hojas de los acantos, plantas conocidas en Belalcázar bajo el nombre popular de 'ala de ángel', por el aspecto de sus hojas. Aunque a menudo se han considerado nativos, la mayoría de botánicos españoles consideran que el acanto (Acanthus mollis) es una especie introducida en época antigua y posteriormente asilvestrado de modo natural, al caer sus semillas en ambientes propicios, sobre todo riberas de ríos y sotobosques umbrosos.

Emergencia de las hojas nuevas del ala de ángel, Acanthus mollis, en el jardín de la plaza de Sebastián de Belalcázar, 30.03.2018

En Belalcázar se cultiva a menudo en las casas, en suelo o en grandes macetas. También podemos observarlo cultivado en exterior, como ocurre en el la plaza de Sebastián de Belalcázar, donde la mano del jardinero municipal ha sabido mantenerla desde hace décadas. La planta es ligeramente rizomatosa pudiendo formar colonias de pocos ejemplares, pero se propaga fundamentalmente a través de semillas, que están encerradas en frutos elípticos defendidos por sépalos fuertemente espinosos.

 
Ejemplares en flor de ala de ángel, y detalle de la furctificación. Quart de Poblet, Valencia, 19.05.2006 y 03.06.2006.

La palabra Acanthus corresponde al nombre con el que se designaba esta especie en latín en época romana, y deriva de un término griego que significa 'espina'; el epíteto mollis hace a cambio referencia a la textura blanda de las hojas de la planta. Además de por su utilización en jardinería y por algunas propiedades medicinales, el acanto es sobre todo conocido por su uso como motivo arquitectónico, al ser el principal elemento representado en los capiteles de estilo corintio; el orden corintio se inició hacia el siglo IV a.C., y la forma de sus capiteles se extendió ampliamente en estilos arquitectónicos posteriores.

Capitel de columna románica del siglo XI representando las hojas de acanto, conservado como pieza museística en la catedral de Burgos. 

2018/04/06

La floración primaveral de las mandrágoras

Como ya hemos indicado en otras ocasiones, la mandrágora presente en Belalcázar corresponde a la especie Mandragora autumnalis, que posee ese nombre científico debido a su floración otoñal. Se trata de una especie abundante en del cuadrante sudoccidental de Andalucía, sobre todo en la cuenca del Guadalquivir, que se hace a cambio muy rara en la del Guadiana, a la que pertenecen los ríos belalcazareños.

Ejemplar de Mandragora autumnalis con flor primaveral. Belalcázar, 29.03.2018.

En época medieval, las antiguos farmacéuticos y médicos distinguían entre la mandrágora hembra o de Occidente, M. autumnalis, de floración otoñal, y la de Oriente o mandrágora macho, M. officinalis, mucho más robusta y de floración primaveral. Sin embargo, no es raro que la mandrágora de flor otoñal vuelva a florecer, con menor potencia, a finales del invierno o principios de la primavera, cuando vuelven a darse condiciones climárticas parecidas a las de finales del otoño. En tal caso, se suelen dar floraciones débiles, con pocas flores, que además producen raramente las típicas 'berenjenillas' o frutos de esta especie. En 2018 se ha dado precisamente este fenómeno, llegando a observarse flores sobre algunos ejemplares de la especie en Belalcázar.

El pan de rana

Ejemplar de rana común (Rana perezi), con plantas de 'pan de rana', Lemna gibba, flotando en el borde de la lámina de agua. Belalcázar, 07.08.2007.

En Belalcázar se llama a menudo 'pan de rana' o 'pan de ranas' a las lentejas de agua, plantas de la familia de las Aráceas -aunque anteriormente se consideraba que formaban parte de una familia independiente, la de las Lemnáceas-. Se trata de plantas diminutas, de apenas unos milímetros de diámetro, flotantes, cuyo cuerpo o 'fronde' tiene forma de disco, en cuyo centro suelen disponerse flores inconspícuas; por su parte inferior emiten raíces cortas que se sumergen en el agua. 

 
Aspecto de las colonias de Lemna gibba en la alberca-abrevadero del Pilar de Belalcázar (29.03.2018 y 24.03.2016)

La especie más abundante de esta especie en la península Ibérica y por supuesto en Belalcázar, es Lemna gibba, que crece en aguas estancadas y eutrofizadas, es decir, ricas en nitrógeno, derivado de la materia orgánica. Se hace particularmente visible en fuentes, abrevaderos y remansos de los arroyos, sobre todo en zonas pastoreadas o allá donde bebe el ganado. Es lo que ocurre en la fuente y alberca del Pilar, donde en ocasiones las colonias de L. gibba llegan a cubrir toda la lámina de agua. A menudo están colonizadas de pequeños ácaros, que a su vez sirven de alimento a los insectos y vertebrados acuáticos como las larvas de los anfibios, razón por la que se suele asociar la planta a la alimentación de las ranas, que sin embargo apenas llegan a consumir el vegetal. 

Colonias de Lemna gibba compitiendo con el 'verdín', formado por algas filamentosas. Belalcázar, 30.03.2018.

A medida que avanza la primavera, las colonias de las lentejas de agua suelen perder su dominancia sobre la superficie del agua, debido al crecimiento de los 'verdines', colonias de algas filamentosas de diversos géneros (Cladophora, Enteromorpha, etc.).

2018/04/05

Los rizomas de los lirios

El inicio de la primavera es tiempo propicio para observar la intrincada maraña que pueden formar los rizomas de los lirios comunes o cultivados (Iris germanica). Los rizomas no son raíces sino tallos modificados, y a diferencia de lo que ocurre en la mayoría de plantas que los poseen, donde suelen ser subterráneos, en los genuinos lirios como el aquí ilustrado son epigeos, es decir, crecen a ras o ligeramente por encima del nivel del suelo.

Iris germanica, plantado en el Cerro de la Penitencia de Belalcázar. 31.03.2018.

Durante el invierno los lirios comunes suelen perder parte de sus hojas, lo que permite apreciar la forma y distribución que adoptan los rizomas, que se ramifican progresivamente, formando al final céspedes muy densos. Con el avance de la primavera, emitirán nuevas hojas y los tallos florales, con lo que el protagonismo de los rizomas disminuye y hace que no nos fijemos tanto en ellos.

Iris germanica, asilvestrado en el foso del Castillo de los Sotomayor de Belalcázar, 03.04.2015.

El nombre Iris germanica hace referencia a la primera zona de la que se describió la planta, con muestras procedentes de Alemania, aunque parece que en ese país, al igual que aquí, era una especie cultivada, de la que se piensa que puede tener un origen híbrido. En España se considera a menudo un arqueófito, es decir, una especie cultivada y posteriormente asilvestrada, cuya entrada en el territorio se produjo antes del año 1492. Las formas más habituales poseen las flores azules o cárdenas, pero a menudo se han cultivado otras de flora blanca, que pertenecen a esta especie con seguridad cuando poseen tallos ramificados -dándoseles entonces el nombre de I. germanica var. florentina, llamada directamente por algunos autores I. florentina. Existen sin embargo por toda la geografía española  formas de flora blanca con todas las flores sentadas o con tallos muy cortos, inapreciables, que corresponderían a la especie Iris albicans, conocida por ser usada a menudo en los cementerios musulmanes; su presencia como planta asilvestrada es mucho menos habitual que la de I. germanica.

Ejemplar de I. germanica de flores azules, mezclado con otros de flor blanca (var. florentina). Sagunto, Valencia, 22.02.2017.

2018/04/04

Los conejitos en flor


Entre las especies que primero florecen al empezar la primavera están los conejitos, nombre con el que suelen conocerse las especies del género Linaria, por el parecido que presentan los ‘labios’ de su flor con los de la boca de los conejos. Dichos labios no son sino parte de sus pétalos. Como os podréis imaginar son parientes cercanos de las bocas de dragón (género Antirrhinum), y junto a otros géneros parecidos forman la familia de as Antirrináceas; anteriormente se incluían en la familia de las Escrofulariáceas, y para quienes siguen las clasificaciones científicas más recientes, forman parte a su vez de las Plantagináceas. La principal diferencia con las bocas de dragón estriba en el espolón que presentan las Linaria en la base de la flor.

Linaria amethystea subsp. amethystea, Belalcázar, 29.03.2018

Aunque existen al menos 5 especies de conejitos en Los Pedroches, dos son sin duda los más abundantes y tempraneras. De un lado, la humilde Linaria amethystea o conejito morado, frecuente en posíos, cunetas, etc.; existiendo varias subespecies de esta especie, la presente en Los Pedroches es la subespecie-tipo, subsp. amethystea, es decir, aquella que coincide con la descripción original de la planta.

Linaria spartea, andenes de la Estación de Belalcázar (El Viso), 29.03.2018

La otra especie son los conejitos amarillos, Linaria spartea, no menos abundante que la anterior, pero más frecuente en campos de cultivo de cereal y sus barbechos, o sobre los suelos arenosos derivados de los granitos y granodioritas. A diferencia de la anterior, además de tener las flores de color amarillo intenso, son plantas más gráciles y elevadas. Ambas especies suelen extender su floración desde finales de marzo hasta principios de mayo.

 
Aspecto comparado de las flores de las dos especies (24 y 27.03.2016).

El tiempo de los jaramagos

Los jaramagos son plantas de la familia de las Crucíferas o Brasicáceas, correspondientes a especies de diferentes géneros con flor amarillenta como Diplotaxis, Sisymbrium, Brassica, Sinapis, etc. En Belalcázar se aplica el nombre sobre todo a las plantas del género Diplotaxis con esa coloración floral, de las que las más abundantes son Diplotaxis virgata y D. catholica. Las condiciones ambientales del invierno e inicio de la primavera de 2018 parecen haber sido particularmente propicias para el desarrollo de la última planta citada, Diplotaxis catholica, que a menudo se conoce localmente como jaramago rojo, por el color que suele adquirir la parte superior de sus tallos.
 
Dehesa de encinas con pastos dominados por la floración de Diplotaxis catholica, en El Viso. 02.04.2018

Los jaramagos crecen en suelos ricos en nitrógeno, con altas cantidades de materia orgánica –a menudo derivada de la humificación de los residuos de la fauna silvestre-, aunque D. catholica prefiere niveles moderados frente a otras especies del mismo género, por lo que abunda en prados pastoreados, en vez de hacerlo en las cunetas o en los núcleos urbanos; en esos otros ambientes  abundan más otros congéneres suyos como D. virgata –el jaramago mayor, común o ‘pinchoso’, llamado así por las espículas o pelos erizados de la base de los tallos, que llegan a pinchar como si fueran verdaderas espinas. 
 

Planta de D. catholica y detalle de su inflorescencia. Belalcázar, 01.04.2018.

Además de presentar menor tamaño que el jaramago común, el rojizo tiene las hojas más lisas y sin apenas pelos visibles. El nombre Diplotaxis significa ‘dos filas’, y hace mención a que las semillas se ordenan en los frutos formando dos hileras. Como la mayoría de crucíferas, sus flores poseen un delicado aroma a miel, que se hace intenso en los pastizales, cuando alcanzan gran densidad. 

D. catholica, mostrando el aspecto de sus hojas y flores. Belalcázar, 01.04.2018.